Antártida: geopolítica y actualidad del Continente Protegido.

La Antártida es el continente más alto del planeta, cuenta con un aislamiento de 30 millones de años, presenta 170 especies endémicas de invertebrados, es hábitat exclusivo del Pingüino Emperador -el mayor de todas las especies de pingüinos-, regula el clima global, contiene el 90% del hielo mundial y más del 70% de su agua dulce. Por todo esto y muchas cualidades más, el continente es en sí una gran Área Protegida en el marco de los acuerdos internacionales del Tratado Antártico, que entró en vigencia entre 1959 y 1961 (Díaz, 2023; DNA, 2024; SMN, 2023).

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

Al Tratado lo componen actualmente 54 países, pero para todo el continente existen 7 países con reclamos de soberanía, entre ellos Argentina, particularmente en el denominado “Sector Antártico Argentino”. Con el objeto de evitar que los reclamos pudieran extenderse, el Tratado establece que mientras esté vigente, no se efectuarán nuevas reclamaciones de soberanía en la Antártida ni se ampliarían las ya existentes (DNA, 2024).

La Dirección Nacional del Antártico (DNA) y el Instituto Antártico Argentino (IAA, primero en el mundo en su tipo desde 1951), son los organismos nacionales que desarrollan las actividades científico-técnicas, de gestión ambiental, de apoyo logístico y de servicios en el Sector Antártico Argentino.

En el año 1904, Argentina promueve el establecimiento humano más antiguo del continente y es un barco argentino quien se encarga de relevar las instalaciones antárticas cada verano, que luego, desde 1947, fueron continuadas por las denominadas “Campañas Antárticas”. A partir de 1904 y en dicho establecimiento, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) inicia las mediciones meteorológicas del continente blanco, lo que permite conocer el estado de la atmósfera y los cambios climáticos que se fueron dando con el correr de las décadas (SMN, 2023).

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

Desde la primera Campaña Antártica, han pasado 77 años ininterrumpidos de ellas, dentro de una historia de 120 años de exploración argentina en el Continente Antártico, donde existen actualmente un total de 13 bases argentinas. La Administración de Parques Nacionales desde hace más de 30 años permite que Guardaparques Nacionales participen de estas campañas.

Dado que en el Sector Antártico Argentino se superponen reclamos territoriales de Chile y el Reino Unido, las 13 bases y las Campañas Antárticas son de enorme importancia para reafirmar nuestros derechos de soberanía sobre el mar, islas del Atlántico Sur y continente del Sector Antártico.

Áreas Protegidas del Continente Protegido.

Es a partir de los conflictos desatados por intereses mineros durante la década del 80, que surge el Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente o “Protocolo de Madrid”, firmado en 1991 y en vigencia desde 1998, que estableció la necesidad de áreas de protección adicionales que reemplazaron las categorías creadas desde 1964, configurando el actual Sistema.

Inicialmente se designó a la Antártida como “…reserva natural, consagrada a la paz y a la ciencia”, pero además, dentro del Anexo V de Protección y Gestión de Zonas que entró en vigencia en 2002, se instituyeron las diferentes Categorías de Áreas Protegidas (AP): la Zona Antártica Especialmente Protegida (ZAEP) y la Zona Antártica Especialmente Administrada (ZAEA).

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

El objetivo general en su creación fue minimizar los impactos locales provocados por las actividades humanas sobre sitios que poseen valores naturales (biológicos, geológicos, glaciológicos o geomorfológicos) sobresalientes y, en especial, representativos de los ecosistemas antárticos (Díaz, 2023, se pueden consultar las descripciones de estas Categorías en el glosario de términos de la Sección Listado de APs y OMEC de está WEB).

Con estas Categorías, el Sistema internacional de AP está conformado por 78 ZAEP y 6 ZAEA, de las cuales en el Sector Antártico Argentino encontramos 4 ZAEP y 1 ZAEA. Aparte de estas AP, existen 2 Áreas Marinas Protegidas (AMP) a partir de la propuesta de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, una sola Especie Especialmente Protegida según el Anexo II del Protocolo de Madrid (la Foca de Ross), la identificación de 204 Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA, 26 designadas como ZAEP) y 93 lugares nominados como Sitios y Monumentos Históricos (SMH) por su importancia histórica (restos de navíos, cabañas, faros, mojones, cruces, monolitos, entre otros), 14 en el Sector Antártico Argentino (STA, 2024).

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Sin embargo, los cambios en las presiones ambientales de las últimas décadas generan la necesidad de que los países integrantes de estos organismos revisen la eficiencia del Sistema y amplíen o modifiquen su alcance y objetivos (Díaz, 2023). Martín Díaz (2023), investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, menciona que diversos trabajos han revisado esta eficiencia y han concluido que aún presenta limitaciones para lograr una adecuada protección de la Antártida. Destaca que en un análisis de Hughes et al. (2021), se describe un sesgo del Sistema de ZAEP, por lo cual se concentran principalmente dentro de la península Antártica y sus islas cercanas, la región del mar de Ross y un sector de la Antártida Este, quedando muchas regiones sin protección, y que las mismas se han creado cerca de las bases antárticas. Casi un tercio de las 16 áreas biogeográficas antárticas no cuentan con una ZAEP para la protección de la biodiversidad, muchas especies no están bajo protección del Sistema, y por otro lado, las problemáticas están operando a escala regional o continental y las ZAEP son generalmente pequeñas, el 55% tiene una superficie de 500 ha o menor (Hughes y Convey, 2010).

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

Otro tanto sucede con los ambientes netamente marinos abiertos. Si bien hay propuestas sobre otras regiones marinas de la Antártida, no se ha logrado consenso para la creación de nuevas AMP y el porcentaje marino bajo protección con las 2 existentes es menor al 2% (Díaz, 2023). Esto finalmente nos lleva a que, el Sistema de AP Antárticas, debería revisarse a fin de alinearlo en sintonía con la Meta 3 del Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal del Convenio sobre la Diversidad Biológica, para asegurar alcanzar un 30% de protección de cada uno de los principales ecosistemas antárticos antes de 2030.

Foto: Gustavo Aprile.

Ahora, además de los análisis de porcentaje de cobertura y representatividad biogeográfica que podemos realizar, deberíamos también generar monitoreos de la Gestión de estas AP que nos ayuden a evaluar su Efectividad, a la hora de analizar resultados de las acciones de Manejo en curso y establecer qué calidad de AP necesitamos ante los desafíos de conservación a escala local y mundial.

Antártida y los nuevos escenarios globales: climáticos y geopolíticos.

Al momento de la creación del Sistema de AP, las presiones ambientales que se consideraron significativas fueron la reducción de impactos ambientales, la interacción con la fauna y la flora, la gestión de los residuos, la prevención de la contaminación marina y la actividad pesquera (Díaz 2023). En la actualidad, a los efectos derivados del cambio climático, como el aumento de la temperatura, la pérdida de ozono o la acidificación del océano, entre otros (Morley et al., 2020), que produce la pérdida de hielo marino, la disminución de biomasa de kril antártico, con profundos efectos en la cadena alimentaria antártica, como la reducción cercana al 50% en la población de pingüinos emperadores  (IAA, 2024), se suma no solo la contaminación marina y terrestre, la introducción de especies no nativas y el aumento del turismo y la pesca, sino además el resurgir de los intereses extractivistas sobre hidrocarburos, con la publicación de un resultado de vieja data sobre la prospección de reservas petrolíferas en cuencas antárticas, dentro incluso del Sector Antártico Argentino.

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

¿Realmente solo es trabajo científico la exploración y estudio de reservas petrolíferas en un continente en el que, en teoría, no se van a explotar recursos mineros e hidrocarburíferos? Por lo menos nos permitamos dudar y no desestimar nuestras propias interpelaciones, sabiendo que todo lo que se instituye a nivel de protección ambiental constantemente está en riesgo de reducción, retroceso o derogación, aun a sabiendas que desde el derecho ambiental internacional se trabaje para evitar todo empobrecimiento de las condiciones ganadas e instituidas. Reconozcamos que el interés por desarrollar economías nacionales en base a los mercados internacionales del petróleo (con las fluctuaciones que sea que se presenten), resulta común a las políticas de todos los países signatarios del Tratado. Estados Unidos, Rusia, Reino Unido e incluso Argentina misma. Geopolíticamente cada quien viene operando en la región, con un teatro de operaciones en verdad variado: el conflicto de soberanía sobre Malvinas con el Reino Unido, y su actual ampliación unilateral de zonas de extracción petroleras y pesqueras o de ejercicios militares sobre mar territorial argentino; EEUU con intenciones de marcar de cerca la presencia China en la patagonia argentina, con sus prácticas militares con la IV Flota o nuevas bases militares. Todo es estable hasta que deja de serlo.

Incluso se sabe sobre determinadas limitaciones tecnológicas para procesos de explotación en estas condiciones continentales, pero a futuro no muy lejano, estas pueden ser sorteadas.

La especie humana logró en su momento dejar de lado ambiciones sectoriales y optar por el bien común: decidir que la Antártida sea un continente de y para todos, trascendiendo las fronteras nacionales (Fernandez, 2023). ¿Será que el espíritu de cooperación internacional para la ciencia, el conocimiento y la paz abandone la preservación ambiental, en pos de las economías nacionales basadas en mercados globales y el extractivismo que los alimenta?

En años venideros (2048) se acerca el proceso de revisión del Tratado Antártico, proceso complejo que conlleva el acuerdo de la totalidad de las partes para contemplar cambios. Por sobre los conflictos territoriales, militares, de reclamación y de soberanía, ¿prevalecerá el futuro de la estabilidad del clima, la biodiversidad y de nuestra paz? ¿o la de la economía extractivista?

Foto: Dirección Nacional del Antártico.

Podés leer más sobre Antártida, sus Áreas Protegidas o los conflictos geopolíticos en los siguientes links:

Gobierno Nacional. Dirección Nacional del Antártico. Protección del Medio Ambiente: Áreas Protegidas. Consultada en:
https://cancilleria.gob.ar/es/iniciativas/dna/proteccion-del-medio-ambiente/areas-protegidas Fecha de consulta: 10 de junio de 2024.

Secretaría del Tratado Antártico (STA). Base de datos sobre zonas antárticas protegidas. Consultada en: https://www.ats.aq/devph/es/apa-database/ Fecha de consulta: 10 de junio de 2024.

Planes de Gestión de las ZAEP y ZAEA de co-administración Argentina en esta WEB (Publicaciones recomendadas) o para descarga directa (link a carpeta Google Drive).

Descripciones de las Categorías de AP en Antártida en el glosario de términos de la Sección Listado de APs y OMEC de está WEB.

Repliegue – Asociación Civil. Reels en su Instagram @repliegueok y en su web https://repliegue.com.ar/ sobre: Historia de Argentina en la Antártida, actualidad del conflicto con el Reino Unido sobre las islas Malvinas Argentinas, las islas del Atlántico Sur y las aguas del mar territorial argentino, entre otros. 

Bibliografía:

Comité de Protección Ambiental (CPA). (2023). Resumen del trabajo del CPA sobre Áreas Marinas Protegidas 1998-2023. Tratado Antártico. Link de descarga.

Díaz, M. A. (2023). Protección ambiental antártica: limitaciones y desafíos del sistema de áreas protegidas. Ecología Política, 66: 66-70. Link de descarga.

Fernandez, C. (2023). Tierra de nadie y para todos. Revista Meteoros° nº 10. Servicio Meteorológico Nacional. Ministerio de Defensa. Presidencia de la Nación Argentina. Link de descarga.

Harris, C. M.; Lorenz, K.; Fishpool, L. D. C.; Lascelles, B.; Cooper, J.; Croxall, J. P.; Emmerson, L. M.; Fijn, R.; Fraser, W. L.; Jouventin, P.; LaRue, M. A.; Le Maho, Y.; Lynch, H. J.; Naveen, R.; Patterson-Fraser, D. L.; Peter, H. U.; Poncet, S.; Phillips, R. A.; Southwell, C. J.; van Franeker, J. A.; Weimerskirch, H.; Wienecke, B. y Woehler, E. J. (2015). Informe resumido de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en la Antártida 2015. BirdLife International y Environmental Research & Assessment Ltd., Cambridge. Link de descarga.

Hughes, K. A., P. Convey y J. Turner. (2021). Developing resilience to climate change impacts in Antarctica: An evaluation of Antarctic Treaty System protected area policy. Environmental Science & Policy, 124: 12-22.

Hughes, K.A. y P. Convey. (2010). The protection of Antarctic terrestrial ecosystems from inter and intra-continental transfer of nonindigenous species by human activities: a review of current systems and practices. Global Environmental Change, 20: 96–112.

Morley, S. A., D. Abele, D. K. Barnes et al. (2020). Global drivers on Southern Ocean ecosystems: changing physical environments and anthropogenic pressures in an Earth system. Frontiers in Marine Science, 7: 1-24.

Servicio Meteorológico Nacional (SMN). (2023). Revista Meteoros° nº 10. Ministerio de Defensa. Presidencia de la Nación Argentina. Consultado en:  https://www.smn.gob.ar/revista-meteoros Fecha de consulta: 10 de junio de 2024.

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